Una "Carta" a nuestro representante en el CDC.

Con la próxima celebración del Clásico Internacional del Caribe en Panamá,  un apreciable lector me envió a mi correo esta “carta de recomendaciones y anécdotas” que él encontró hace un tiempo en un diario de circulación nacional y que fue “escrita” por una conocida de nosotros y quien desde mi punto de vista es la mejor yegua de los últimos tiempos en México.  Muchas gracias al lector que me la envió y de acuerdo a su petición, se las comparto.   A ver qué opinan:

Veritas:

Deseo de todo corazón que triunfes en el Clásico, pues estás en posición de convertir un sueño en una realidad esplendorosa.

Por tal motivo, me atrevo a informarte algunas de mis vivencias sufridas en esa carrera. Trataré de ser breve:

Me tuvieron más de diez minutos en mi cajoncillo del arrancadero, pues Cornelio Velázquez, jinete de Spago, trató de meter por el frente del partidero a su potro, pero éste no entró y entretanto, los demás participantes estábamos inquietos. Yo soy muy nerviosa y sudaba a mares.

Cuando estaban a punto de retirar a Spago, su jinete lo condujo a la parte posterior del partidero, el potro entró y de inmediato dieron la salida.

Huelga decir que el colmillo de este jinete, así como la pasividad e indolencia de los jueces, nos causaron mucho daño.

Al partir, Quincy, mi compañero en la carrera, estaba en el cajón uno, pero fue golpeado brutalmente por el número dos y ahí perdió toda oportunidad.

En la primera curva yo iba en quinto o sexto sitio bajo las órdenes de mi jinete, Gabriel Lagunes. Esperaba el momento debido para atacar a los punteros Sibarita, Oliver y Zandú, pues Latinovenezolano ya había desistido.

Fue entonces cuando advertí que había problemas, pues sin que Lagunes me hiciera alguna indicación, lo cual realizaba casi siempre con el mango del fuete, sentí de improviso dos latigazos, uno a cada lado de mi grupa.

Yo, lo admito, creí que el momento propicio había llegado y salí disparada hacia delante para ganar posiciones.

Lagunes me corrigió de inmediato, me calmó con sus palabras cariñosas y así, algo indecisa, volví al ritmo anterior, pero a pesar de ello, ya estaba más cerca de los punteros, aunque bloqueada a derecha e izquierda por dos adversarios.

Lagunes advirtió el peligro de ser "encajonada" y no poder realizar mi ofensiva final.

Entonces, casi a media curva final, decidió jugársela y me apuró con las palabras de siempre. Dulces. Cariñosas, pero firmes, autoritarias.

Aunque aceleré de inmediato, casi al mismo tiempo me sentí impedida, pues adelante corrían Sibarita y Oliver, pero dos fuetazos por la izquierda me hicieron reaccionar y vislumbré un hueco por fuera. Con esta maniobra le gané el movimiento a otro potro.

Pronto, más rápido de lo previsto, salí a un claro y a poco de entrar a la recta final, alcancé al dominicano Oliver, lo rebasé y me coloqué en la punta.

Aunque estaba cansada por el esfuerzo realizado, me sentí ganadora, pero en ese preciso momento, surgió entre caballos, la figura de Spago y logró alcanzarme a unos cuantos saltos de la meta.

Yo traté de defenderme, pero la velocidad del potro venezolano era mucha y fui superada, aunque por poco margen.

Durante los años siguientes he recordado una y otra vez las acciones y la manera como me obligaron a atacar de manera anticipada, pues gasté energías en ese esfuerzo indebido, y muy a mi pesar me quedé a unos cuantos metros de alcanzar el triunfo.

LA ALERTA

Esta es la razón por la que te pido que estés muy alerta en todas las acciones, lo mismo en un acto simple que en uno importante, pues los adversarios ocultos todo lo aprovechan a su favor.

Que te vaya bien y retornes con la ansiada "Copa"

Tu Amiga que te estima

CASTY